Es el ácido graso estrella del aceite de oliva, representa casi el 80% de su composición y actúa como un «defensor» de la salud cardiovascular y del sistema inmunológico. El ácido oleico presume de ser el componente más aclamado de los 150 presentes en el AOVE, popularidad más que justa, considerando su impacto beneficioso en la salud humana.
La diabetes, el sobrepeso, las dificultades coronarias e incluso los problemas en el desarrollo neuronal reconocen en el ácido oleico un temible «enemigo». Diversos estudios vienen recomendando el consumo diario de aceite de oliva, y en especial de AOVE, debido al cóctel de beneficios del ácido oleico y, en menor medida, de compuestos como el hidroxitirosol o el oleocanthal.
En las siguientes líneas se responderá a la cuestión de qué es el ácido oleico y para qué sirve, pues son muchas las aplicaciones de este ácido graso, tan desconocido entre los consumidores españoles. También se explicará detalladamente el porqué de sus beneficios.
¿Qué es el ácido oleico, el secreto mejor guardado del aceite de oliva?
Benefactor silencioso de la dieta mediterránea, el ácido oleico se define como un ácido graso monoinsaturado, perteneciente al orden de los ácidos grasos Omega 9. Su denominación proviene del aceite de oliva, donde se encuentra en mayor cantidad que en otros alimentos, como los aceites de canola, de aguacate o de cártamo, frutos secos como las almendras, las avellanas, los pistachos y las nueces o carnes como el cerdo.
Las propiedades y beneficios del ácido oleico se disfrutan en su máxima expresión en el aceite de oliva, especialmente en el virgen extra, donde este ácido graso monopoliza hasta el 78% de su contenido. En los demás aceites —virgen, lampante, orujo— también es abundante: de 78% a 66% aprox.
Sin embargo, el principal condicionante de la cantidad de ácido oleico en el AOVE es la variedad aceitunera, dependiente a su vez del clima y otros factores. En el olivo Picual, por ejemplo, el ácido oleico asciende al 78%, mientras que la variedad Hojiblanca contiene 76%, porcentaje que se reduce al 69% en las aceitunas Manzanilla y cae al 66% en las Arbequina, etcétera.
Molecularmente el ácido oleico responde a la fórmula C18H3402, y destaca por ser el ácido insaturado con mayor estabilidad. Sometido a temperaturas elevadas y a procesos de oxidación, su estabilidad supera la de los ácidos Omega 3 y Omega 6. Esta y otras propiedades fuera de lo común justifican su uso en la industria jabonera, donde actúa como agente emulsionante. También se emplea en sprays y productos similares por sus cualidades solubilizantes. Incluso el sector farmacéutico se beneficia de las bondades ocultas del ácido oleico; por ejemplo, como excipiente y solvente.
Más que saludables: 4 beneficios del ácido oleico que lo convierten en una «panacea» natural
Equilibra el peso corporal
La obesidad es un serio problema para el 14,5% de los adultos españoles (Ministerio de Sanidad, 2017). El ácido oleico ha demostrado su eficacia para regular el metabolismo de lípidos, según un estudio del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga. El consumo de este compuesto favorece el mantenimiento del peso corporal, previniendo trastornos metabólicos. Y es que el ácido oleico, junto con el tirosol, el hidroxitirosol y los polifenoles, demuestra ser uno de los grandes beneficios del AOVE.
Incentiva el desarrollo neuronal
Una simple cucharada de aceite de oliva incentiva el desarrollo neuronal. Así lo reveló un estudio del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) sobre los efectos del ácido oleico en la actividad de las neuronas con el paso del tiempo. Esta rara asociación da lugar a una de las ventajas del ácido oleico más interesantes.
Su ingesta estimula el crecimiento de axones y dendritas de las neuronas, que «utilizan sustancias muy primitivas para comunicarse», y precisamente una de esas sustancias es el ácido oleico, presente «en los vegetales desde hace millones de años y que permiten mandar una señal», ha explicado el director del equipo José María Medina.
Mejora la salud cardiovascular
El ácido oleico también es un excelente revulsivo para el colesterol en sangre y la presión arterial elevada, actuando como agente hipotensor al reducir la presencia de triglicéridos. Desde el estudio Predimed recomiendan «consumir 40 ml de aceite de oliva extra virgen al día, dentro de una dieta mediterránea», pues ha demostrado disminuir las «complicaciones vasculares en más de un 30%».
Combate la diabetes
La diabetes tampoco es rival para el ácido oleico. Una investigación publicada en la revista Biochimia et Biophysica mostró los efectos reguladores de este ácido graso en las membranas responsables de transportar glucosa hacia las células. Por este motivo, la ingesta moderada de aceite de oliva está indicada para pacientes con diabetes tipo 2. Adicionalmente otros estudios han vinculado el consumo de ácido linoleico, igualmente presente en este aceite vegetal, con mejoras en la salud de los diabéticos. Desde luego, los beneficios del ácido oleico y otros compuestos del AOVE nunca dejarán de sorprender.